Respira. Siente tu respiración, siente la vida que hay en ti; que se despliega, cada vez que inspiras, que se repliega cada vez que espiras. Inspirar, lo primero que hacemos cuando entramos en la vida, expirar, cuando nos marchamos. Cada inspiración, cada espiración cómo única. La respiración es el reflejo de nuestras vidas. No podemos retener la respiración porque sino nos moriríamos. Tampoco podemos retener la vida, porque entonces también morimos internamente. La vida es pura renovación; inspirar, espirar; tomar, dejar ir. Como un va y ven, como una danza. ¡Que bello vivir así!. Meditando en la respiración nos damos cuenta de todo el proceso vital y también del proceso mental, nuestras emociones, sentimientos, patrones a los que podemos renunciar, si así lo deseamos. La inspiración, tomar aire para oxigenarse, pero aún más importante la espiración, para soltar todo lo que tenemos que desechar y volver a llenarnos de energía nueva y renovada. La respiración es además punto de contacto entre el cuerpo y la mente. Cada pensamiento, acción o emoción se refleja en nuestra respiración. Cuando estamos ansiosos, respiramos más rápido preparando al cuerpo para una posible acción, una sorpresa puede hacer que tomemos aire bruscamente para proporcionar oxígeno al cerebro y ayudarlo así a pensar con mayor rapidez. Si tomamos conciencia de esta conexión, entre cuerpo, respiración y mente y practicamos en la respiración, cambiando nuestra forma de respirar podemos cambiar hábitos mentales y corporales. Profundizando en la respiración, profundizamos en la vida y ya no actuaremos como antes, algo cambió sin darnos cuenta. Y así, ante una situación estresante, nos sorprendemos en calma, porque se ha incorporado el nuevo patrón de respiración calmado a nuestro cuerpo y nuestra mente. El yoga es una técnica que te hace trabajar a ese nivel, siendo consciente de estos tres elementos en los ejercicios de pranayama, un término sánscrito que significa “control del prana”; en la India se conoce con el nombre de “prana” a la energía vital que llena de vida a todos los seres vivos; lo que se conoce en China como “Chi” , en Japón “Qi” o en la tradición cristiana como “Gracia”. Hay tres técnicas básicas de pranayama: -Surya Bedhana; inspiramos por la fosa nasal derecha, espiramos por la izquierda. Indicada para personas con tensión arterial baja porque proporciona calor corporal, vigor y purificación. -Chandra Bedhana: inspiramos por la fosa nasal izquierda y espiramos por la derecha. Indicada para personas con tensión arterial alta porque nos refresca corporalmente, nos da calma, purificación y sosiego. -Nadi Sodhana: espiramos por el mismo orificio por el que inspiramos. Así si empezamos inspirando por la fosa nasal derecha, espiramos por la izquierda, inspiramos por la izquierda, espiramos por la derecha. Purificación de los nervios. Nos proporciona equilibrio y armonía. Sólo inspira y espira, como si fuera la primera y última vez y tu vida será pura meditación. Toda una declaración de intenciones. Al final, una excusa para estar con nosotros mismos, para vernos y para observar todo lo que nos rodea, con una nueva mirada… despertando. Susanna Garcia
0 Comentarios
Parece que el Yoga está muy de moda desde hace algunos años. Continuamente vemos en los medios de comunicación fotografías en las que aparecen personas haciendo posturas imposibles, que, o bien asustan y piensas que nunca van a ser para ti y por tanto ni te planteas apuntarte a una clase de yoga o bien lo tomas como un reto gimnástico y te retas a ti misma porque quieres hacer la postura que ves en la foto. Nada más lejos en ambos casos de la esencia del Yoga. El Yoga es para todo el mundo, porque las posturas siempre se pueden adaptar y por tanto se pueden practicar, sea cual sea la edad o condición física de la persona. No se trata de competir, ni con nosotros ni con los demás. El Yoga es suavidad. El cuerpo se va a abrir cuando sea el momento y para ello la práctica sea cual sea, requiere adaptación y escucha. Practicaremos Yoga en el Camino precisamente para encontrarnos mejor físicamente, más ágiles y preparados para la caminata, pero también para ampliar nuestra escucha interna. A través de posturas sencillas, descontracturaremos el cuerpo, aliviaremos cervicales, columna, circulación, aprenderemos a ampliar nuestra capacidad pulmonar y por tanto a oxigenarnos mejor y además ganaremos en serenidad. ¡Los beneficios los vas a notar rápidamente!. Si no has practicado nunca, no te preocupes, será bueno para ti si decides seguir las clases, sin ninguna expectativa, simplemente para vivir la experiencia. Si ya eres un yogui o una yoguini, tendrás la oportunidad de practicar en la naturaleza, en un entorno privilegiado que te permitirá profundizar en tu respiración y concentración. ¡También una experiencia super rica! En ambos casos, seas o no practicante: ¡Vale la pena vivir el Camino haciendo Yoga! Susanna Garcia |
AutoraSusanna Garcia ArchivosCategorías |